Finalmente, una mañana, durante el desayuno el hombre decidió retomarlo.
"Llegó el momento de avanzar y de decidirse" le dijo.
La niña-mujer lo miró asustada. Luego, avanzó un paso y dijo "tomaré un café".
Su padre se quedó sorprendido, y ella, sonriente, dijo:
"Yo sabré cuando".
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